Acompañante Terapéutico (Blog sobre recursos. Servicio profesional)

lunes, 23 de septiembre de 2013

Zooterapia

 Definimos a la zooterapia como las técnicas de rehabilitación o reeducación de alteraciones tanto físicas como psíquicas, sensoriales, sociales, como de comportamiento en los que se emplean animales como facilitadores.
Por medio de la zooterapia se logra un mejoramiento de la calidad de vida, tratamiento y curación de diversas patologías y problemas, que, sumado al control médico y cuidado profesional pueden lograr resultados maravillosos.
Los animales nos ayudan a través de mensajes que entran directamente en nuestro inconsciente y que nos enseñan a valorarnos, a relajarnos y a descubrir quienes somos y porqué estamos aquí.
La aplicación de la zooterapia se ha ido generalizando paulatinamente en el mundo como consecuencia de la inmensa utilidad médica que significa para las instituciones de rehabilitación que la han implementado. Existen actualmente un gran número de agrupaciones con y sin fines de lucro que se dedican profesionalmente a la zooterapia.
En la Argentina ya existe una Unidad de Zooterapia en el Hospital Pedro de Elizalde, de acceso gratuito, que cuenta con perros y terapeutas entrenados para tratar enfermedades de la infancia mediante estas técnicas, usadas muy efectivamente en pacientes autistas y niños con retraso mental.
Para involucrarse en una actividad de terapia asistida por un animal, se deben  tener definidos cuáles son los objetivos personales a ser logrados por el programa de terapia (así como en un acompañamiento terapéutico, donde se definen los objetivos de antemano)
Estos son  algunos de los objetivos principales a considerar:

- Físicos: Mejorar las destrezas motoras, las habilidades con una silla de ruedas. Disminuir la tensión arterial, etc.
- Salud Mental: Incrementar la interacción verbal entre los miembros de un grupo, aumentar la atención, incrementar la autoestima, reducir la ansiedad y/o el sentimiento de soledad.
- Educativos: Incrementar el vocabulario, la memoria de los individuos, aportar conocimientos de conceptos tales como: tamaño, color, forma etc.
- Emotivos: Aumentar el deseo de involucrarse en una actividad de grupo, desarrollar la interacción de las personas, incrementar el deseo de ejercitarse.

 También cuento con la coolaboración de la Zooterapeuta y AT Cristina Mauer, quien amablemente accedió a participar para contarnos su experiencia:
 "La zooterapia ,algunos dicen,una terapia alternativa otros no la consideran asi; una actividad desarrollada en conjunto con animales (caballos,perros,delfines entre otros) para brindar al paciente sus beneficios que van desde lo social hasta lo fisico.
En esta actividad el AT es muy importante ya que es quien acompaña la actividad junto al instructor. Un AT hace el acompañamiento.
La experiencia es hermosa!! Indescriptible...lo mas parecido a la magia!! Son 2 energías PURISIMAS las que se juntan... Una personita especial con sus miedos,y un animal que se entrega a un trabajo que es placentero.Es algo implícito que el animal entiende a la perfección y es que está para ayudar a esa personita que lleva en lomo.
 En casos de autismo ,por ejemplo, se observan grandes cambios en el comportamiento: se socializa un poquito mejor (esto varia con cada persona..no todas las personas con autismo reaccionan igual a los mismos estímulos).
En casos de PC o algun impedimento para caminar... El caballo otorga un movimiento tridimensional que estimula los musculos como si caminara."
 
 Gracias Cristina.
 Fuente: www.revistacanina.com

Acá les dejo un video periodístico donde se hace una aproximación a la Zooterapia:
Video periodístico sobre la Zooterapia

domingo, 8 de septiembre de 2013

Rol del AT con PACIENTES TERMINALES (2)

EL TRABAJO ESPECÍFICO DEL AT CON ENFERMOS TERMINALES.

Para los que estamos por decisión propia encargados de acompañar y cuidar a un paciente con enfermedad terminal, debemos tener en claro que nuestro objetivo más importante será "tratar de ayudar a la familia y al paciente a aprovechar el tiempo que les queda", y esto no significa ir a Disneylandia con la persona y la familia, sino lo que voy a poner a continuación.

 Es fundamental lograr el contacto con el paciente, la famosa "transferencia" ¿Por qué? Porque es muy difícil para una persona con este tipo de crisis poner en palabras lo que le sucede, porque ,muchas veces ni él mismo entiende qué le pasa con lo que le pasa. Y en un vínculo transferencial, este "poner en palabras" se hace mucho más fácil.

 El AT debe funcionar como intermediario entre médicos, familia, y paciente. Debe por todos los medios posibles tratar de aligerar el peso de cualquier tipo de trámites, intervenciones con otros profesionales, o situaciones que le impidan a la familia y al paciente ponerse en contacto con ellos mismos y aprovechar el poco tiempo que les queda.

 Por supuesto que es fundamental sacar a la persona adelante, ayudar a conectarlo con su vida. Debemos ser el sostén que necesitan para salir del estado de indefensión en que se encuentran, (ojo! no hay que pedirle que haga cosas que no quiere o que no tiene ganas, sino acompañar cuando decidan hacer algo y por miedo no se animen, o lo vean difícil, no hay que obligar al paciente a hacer algo).

 También desde nuestro rol profesional, y no solo nosotros, sino la familia también, debemos respetar el deseo del paciente. Cuando se cansan los pacientes del tratamiento, generalmente es por mucho sufrimiento previo. Por ejemplo en el cáncer, todos sabemos a nivel general los efectos secundarios de los tratamientos invasivos que se realizan. Es por eso que un paciente muchas veces decide dejar de sufrir y entregarse a la situación, aceptarla, y dejar de pelear. A las familias cuando se dan cuenta de esto, se les hace muy difícil de comprenderlo, pero es sumamente necesario respetar el deseo del paciente porque sólo ellos saben qué les está sucediendo a nivel interno con toda esa situación.

 Acompañar al paciente a decidir cómo será su partida es muy importante. En el Ateneo que presencié, una exponente hablaba de cómo en los últimos días de vida de una paciente, juntas decidieron poner velas aromáticas en el cuarto, llamar a la familia, etc. Es el deseo del paciente el que debemos escuchar para sus momentos finales, y que pueda despedirse dentro de las posibilidades, de la mejor manera posible.

 Generar proyectos a muy corto plazo, y pequeñas actividades (por mínimas que sean), ayudan a la persona a no hundirse en la depresión, que significa la falta de interés en el mundo.

 Por último, vale la pena aclarar, que el AT ¡no es enfermero! El AT no pone inyecciones, no cambia vendas, no hace trabajos de enfermería. El AT es eso, un acompañante de la vida. No hay que confundir los roles, ni nosotros, ni el paciente, ni la familia.

Rol del AT con PACIENTES TERMINALES (1)

 En el trascurso de mi formación, decidí asistir a un Ateneo llamado "Cuidados Paliativos y Cáncer. El rol del AT". En esa oportunidad, fueron dos chicas muy jóvenes las que expusieron. Basicamente, se habló sobre cómo una persona que padece una enfermedad terminal va transitando su trastorno en conjunto con las emociones. También, se explicó desde un pusto de vista muy profesional aunque también muy humano, de qué manera se puede acompañar a una persona en esta situación. Me quedé con ganas de saber más sobre el tema, y así descubrí mucha información que está buena tenerla en cuenta para desarrollar de una mejor manera nuestro trabajo como acompañantes.
 Los cuidados paliativos son una forma de "acompañar en la ETAPA TERMINAL" de la enfermedad / de la vida del enfermo. Es cuando ya todo está dicho acerca de ella para el paciente, cuando se ingresa en la etapa terminal de una enfermedad. Y es muy duro afrontar este momento no sólo para el paciente, que hasta su último segundo de vida va a seguir teniendo emociones y sentimientos sobre todo lo que le sucede, sino también para su familia. La familia puede reaccionar de muy distintas formas, también de acuerdo en cómo reaccione el paciente, y viceversa.

RELACIÓN DEL EQUIPO DE SALUD CON EL PACIENTE TERMINAL
 Con respecto al equipo asistencial, podemos decir (a partir de estudios hechos) que si el médico está implicado de forma personal con el enfermo, ya sea de un modo directo o a través de las tan frecuentes recomendaciones, la atención suele ser mejor. No obstante, a partir de otros estudios, se determinó que el médico y las enfermeras tienden a evitar la relación directa con el enfermo terminal, y una forma de determinar este tipo de relación sería estableciendo en qué grado conoce el enfermo la verdad de su estado. Hay 4 distintas formas de establecer el grado de interacción médico-paciente, de acuerdo a la verdad implícita o explícita sobre su situación:
a- Se le oculta la verdad al paciente: en este caso el enfermo no debe atravesar grandes momentos de tensión interna por la noticia de su pronto fallecimiento, pero tampoco va a poder despedirse de los familiares y amigos de manera adecuada
b- El paciente sospecha que se le oculta la verdad: esta opción tampoco da oportunidad para unas efectivas despedidas, y crea un estado de angustia en el paciente al recibir respuestas evasivas de todos los familiares y/o médicos.
c- Fingimiento mutuo: Todos saben la verdad, pero nadie se atreve a poner en palabras lo que la situación les pone en frente: la muerte venidera del enfermo terminal.
d- Reconocimiento explícito de la verdad por ambas partes: Es esta la única situación posible en la que el enfermo se torna protagonista de su propia muerte, y puede decidir qué hará con ese estado.
 Con lo escrito en el párrafo anterior quizás algunos piensen que la mejor manera de abordar a un paciente terminal sea la última opción, no obstante hay que tener en cuenta que es una situación muy crítica en donde se ponen en juego herramientas psicológicas personales que la mayoría de las veces son muy escasas. Por eso la idea no es hacer un juicio sobre qué es mejor o peor, porque sólo uno puede saber qué es mejor para su familia, sino más bien exponer objetivamente las formas de abordaje. El juicio queda a criterio personal.
 ¿Se debe decir entonces la verdad al enfermo terminal? Las actitudes a tomar frente a esta "verdad" pueden ser distintas tanto por parte del médico como por parte del paciente. El médico puede: -decir la verdad -manipularla -apropiársela. Mientras que el enfermo podrá: -ejercer su derecho a conocer sobre su estado de salud -no ejercer tal derecho.

 REACCIONES DEL ENFERMO ANTE LA MUERTE.
Antes de ir a lo que seguramente ustedes lectores quieren leer sobre ciertos aspectos importantes del trabajo del AT con estos pacientes, voy a exponer un poco más sobre el enfermo terminal y la reacción individual ante la muerte.
 Hay distintos estadios por los que pasa un paciente en estas condiciones, sin embargo no significa que de los siguientes estadios el paciente deberá atraversar especificamente todos y en el orden expuesto.
1- Negación: Esta es la primera reacción que se presenta en el enfermo. La negación es un mecanismo de defensa a nivel inconsciente que sirve para negar ciertos aspectos de la realidad que a uno pueden llegar a causarle mucha angustia. No es muy raro que después de un diagnósticode enfermedad terminal, la persona esté un tiempo haciendo como si nada suceda. Incluso la familia también puede tomar este mecanismo como forma de afrontar la situación. Este estado de negación puede surar desde el principio hasta el final de la enfermedad, si no es sustituída por una aceptación parcial.
2- Indignación o ira: Cuando el enfermo no puede seguir negando su estado, empieza a preguntarse "¿Por qué yo?" "¿Qué hice para merecer esto?" Hay una película (muy recomendable) que se llama Fifty Fifty, en la cual a un joven muchacho le diagnostican cáncer. Y en el momento del diagnóstico él dice "¿Cáncer? ¿Yo? Eso no tienen ningún sentido doctor. No bebo, no fumo. ¡Reciclo!". El paciente empieza a depositar la culpa en el exterior, sobre la familia, sobre los médicos, etc. Es una fase muy difícil de sobrellevar si no hay unos buenos vínculos previos.
3- Regateo o negociación: si el paciente puedo exteriorizar su idignación, empieza a afrontar la realidad y pasa a una fase de negociación y pacto. Se somete dócilmente a las indicaciones de los médicos y realiza promesas de ser mejor, de dejar algo (alcohol, tabaco...) con el fin de retrasar los hechos. Estas promesas, generalmente, son incumplidas.
4- Depresión: Cuando el enfermo ha visto que su negación, su indignación o sus regateos no le han supuesto ninguna mejoría, cae en una depresión, que presenta dos aspectos distintos: por un lado, aparece como consecuencia de las pérdidas pasadas; y por otra parte, tiene una proyección hacia las pérdidas futuras. El enfermo se aísla, no habla, no come, no coopera. En esta fase ha aceptado plenamente la realidad. Sabe que va a morir y desea que la familia y el personal asistencial le acompañen en silencio.
5- Aceptación: Si el paciente ha tenido suficiente apoyo durante las fases anteriores, puede llegar un momento en que acepte la muerte con paz y serenidad. Ya no está deprimido, no hay sentimientos. Está muy cansado y débil. Durante esta etapa la comunicación verbal puede ser de gran ayuda. El paciente requiere una persona que con cariño se ocupe de él. A veces, en esta fase tranquila de aceptación se intenta, de una manera equivocada (aunque entendible) seguir animando a enfermo a que viva. En estos momentos la fmailia también puede ser de gran ayuda.

 Si les interesa ver esta película que trata el tema del Cáncer y de los sentimientos del protagonista en relación a su enfermedad, acá les dejo el link: http://www.peliculasnuevasonline.com/stuff/pelicula_online/50_50/1-1-0-621

martes, 3 de septiembre de 2013

Diferencia entre Psicología y Psiquiatría en un tratamiento. El AT como complemento en su estrategia.

 Un tratamiento para una persona atravesando un trastorno, se concibe a partir de las indicaciones que el profesional indica para poder aliviar sus síntomas. Dentro de los trastornos psicológicos, podemos diferenciar dos disciplinas que ejecutan sus directivas para el paciente de acuerdo a su forma de trabajar sobre el mismo, ellas son: la Psiquiatría (rama de la medicina) y la Psicología.
 Aunque en un principio no era así, hoy en día los psicólogos y los psiquiatras suelen trabajar en forma interdisciplinaria, integrando también otros profesionales cuando es necesario como ser Terapeutas Ocupacionales, Psicomotricistas, Counselors, Acompañantes Terapéuticos, Operadores Socioterapéuticos, etc. Se sabe en la actualidad que integrando recursos de distintos ámbitos, la calidad de vida de un paciente puede mejorar considerablemente.
 Ahora bien, ¿en qué se diferencian estas dos grandes disciplinas? ¿De qué forma influye en el trabajo de un acompañante terapéutico?
 Bien, en principio podemos hablar de la herramienta que utilizan ambos apra atacar los síntomas. En la Psicología, especificamente en el Psicoanálisis, la herramienta principal es la palabra. Se busca que el sujeto pueda establecer un vínculo con el síntoma, y aunque éste no desaparezca, que pueda aprender a manejarlo, que pueda entablar un "vínculo" con él, y de esta forma aunque el síntoma no desaparezca, ya deja de estar tan instalado en la vida del paciente. El síntoma cumple una función para evitar mayor angustia frente a una causa aún más profunda, por lo que desde el Psicoanálisis se hace hincapié en encontrar la causa. Por otro lado, en la Psiquiatría, las herramientas son los distintos psicofármacos. Éstas actúan en lo organíco de forma rápída, aquietando el sufrimiento que causa el síntoma (aunque no se busca su causa, por lo que puede resintomatizar). Los psicofármacos que más se oye hablar actualmente son por ejemplo los ansiolíticos, los antidepresivos, los hipnóticos, etc.
 Después podemos establecer otra diferencia en la causa del síntoma. Para el Psicoanálisis, la causa es inconsciente, y se manifiesta en el consciente a través de la espresión sintomática. En cambio, en la Psiquiatría, la causa es biológica  (un desequilibrio en el funcionamiento de producción de hormonas).
 Con respecto al saber, el saber de los pasos a seguir, de la enfermedad, de la causa y demás, se puede decir que la Psicología deposita el saber en el sujeto, el analista lo incluye al sujeto dentro del saber, lo integra. A medida que va avanzando la terapia psicoanalítica, el paciente descubre ese "saber no sabido", ese saber propio que en un principio era rechazado. En la Psiquiatría en cambio, el saber queda del lado del médico ya que es él quien lo medica. El sujeto apela a un saber del otro que el diga qué es lo que tiene que hacer, qué es lo que tiene que tomar, etc.
 Entonces, teniendo en cuenta todo esto, la teara del Acompañante Terapéutico se define en base a una estrategia del equipo tratante, con los objetivos a lograr PREVIAMENTE establecidos antes de la convocatoria del AT. Ya sea el psicólogo o el Psiquiatra, ambos tienen una formación y una responsabilidad mayor en cuanto a las indicaciones y la dirección del tratamiento, que el AT no puede obviar, sino complementar su trabajo en base al trabajo estratégico de los profesionales. 

jueves, 29 de agosto de 2013

LA RESPONSABILIDAD: Acompañar para que el paciente pueda desarrollarla.

 Cuando hablamos de seres humanos, estamos hablando de nosotros, individuos, con características individuales, que interaccionan con el ambiente, con la personalidad única, etc. Los seres humanos nos diferenciamos de otras especies, como los animales, los insectos, o demás. Los más apresurados pueden decir que nos diferenciamos simplemente por la capacidad de vincularnos a través de un Lenguaje; sin embargo, esto no es suficiente para demarcar dicha diferenciación. El lenguaje no alcanza para señalar una única diferencia con los animales porque hay distintos tipos de lenguaje (como ser conceptual, poético, emotivo..). Entonces, podemos decir que hay algo más importante aún para caracterizarnos como seres humanos. Este elemento es la capacidad de Simbolización: al no haber una única realidad (hay tantas realidades como cantidad de personas dispuestas a interpretarla), se dice  que el ser humano deja de ver la realidad tal cual es, ya que a partir de la simbolización que hacemos de ella, cada uno la ve de acuerdo a su historia, sus experiencias, sus emociones, su carácter, etc.
 Es a partir de este concepto de Simbolización que se establece nuestra subjetividad, nuestro marco de referencia para pensar, sentir y hacer desde nosotros mismos de acuerdo a lo que interpretamos de la realidad. Entonces de acuerdo con el anterior enunciado, si nosotros somos capaces de pensar, sentir y hacer por nosotros mismos, como seres humanos, debemos asumir Responsabilidad sobre nuestras decisiones. "Las cosas serán tales como el Hombre haya decidido que sean" (Sartre), por lo tanto solo hay realidad en la acción. No basta solo con pensar en hacer las cosas de una forma distinta, sino que hay que también poner en práctica nuestra forma de pensar y sentir, a través del hacer.
 Según Sartre, el asumir la responsabilidad propia, se opone al "quietismo", al decir: "las cosas pasan porque sí y hay que adaptarse a ellas", o "los demás pueden hacer lo que yo no puedo"; ejemplo para describir esto es que un cobarde no nace siendo cobarde, ni un héroe nace siendo héroe, ambos se construyen según sus actos (y ambos también pueden dejar de serlo en un instante según sus actos).  Por eso el ser humano no puede escapar al sentimiento de su profunda y total responsabilidad, ya que el hombre está condenado a ser libre.
 Ahora bien, teniendo en cuenta todo lo dicho anteriormente, ¿cuál es mi/nuestra posición como Acompañantes Terapéuticos frente a esta situación? Un AT puede ayduar al paciente a hacerse más responsable de sus actos a través del autoconocimiento, a través de ayudarlo a ponerse en contacto consigo mismo, en contacto con sus emociones. Indefectiblemente, cuando uno piensa antes de tomar una decisión, en lo que siente, lo que quiere, y qué objetivos tiene en mente, la decisión será aún más acertada que si se deja lleva por "el qué dirán", por mandatos externos introyectados como propios, por expectativas ajenas depositadas en uno, etc. Cuando un paciente psicótico golpea a un familiar, no lo hace porque los odia, lo hace porque es su únca salida en ese instante de desesperación, no cuenta con todas las herramientas que contamos nosotros para afrontar la frustración con más calma. El AT allí lo que hará es contenerlo en medio de su crisis, a veces con palabras a veces no, pero el punto es reducir los daños de las crisis lo máximo posible. ¿Es posible desarrollar la responsabilidad en un paciente psicótico? Es muy poco probable, por lo menos desde mi/nuestro rol. Lo que sí se puede desarrollar es la responsabilidad de estar en el día a día (manejo de dinero, interactuar con mayor fluidez, mayor contacto con el otro, ayudarlos a seguir con el tratamiento psicológico y/o psiquiátrico, ayudarlos a responsabilizarse en mayor medida con su aseo, etc).

AT en el proceso de Duelo (2). Intervenciones del Acompañante.

Para comenzar, es necesario establecer que un acompañamiento en proceso de duelo no se trata de "curar" o "quitar" el dolor, sino más bien de acompañar y hacer llevadero y soportable tanto sufrimiento que el sujeto está sintiendo bajo esa circunstancia. Se trata de un proceso de ayudar al otro a "volver a la vida" ya que es un momento muy duro para la persona que está atravesando el duelo.
No existe un solo modelo de edad, tipo de muerte, circunstancias familiares u otro indicador en el que basarse para planear la estrategia del acompañamiento, siempre, se diseñará de acuerdo a las circunstancias particulares de cada caso y cada individuo.
Será fundamental brindar contención al paciente, desde lo emocional, a fin de que pueda organizar sus emociones y acotar sus momentos de crisis, asimismo el AT deberá prestar el Yo, sirviendo como auxiliar, asumiendo aquellas funciones que el yo del paciente no puede afrontar, como organizar actividades de su vida cotidiana, acompañamiento en trámites, ir al médico, etc. sobre todo en los primeros momentos de intensa conmoción psíquica.
También es importante que el AT represente al terapeuta, ayudando a la persona en duelo a metabolizar el trabajo de análisis y sobre todo escuchar al paciente e informar inmediatamente al equipo cualquier situación de riesgo que evidencie el AT, ya que las personas en procesos de duelo complicado, son muy proclives a desarrollar ideas suicidas.

La empatía, sí será una herramienta fundamental en el AT, ya que favorecerá a que surja la transferencia en el acompañamiento y permitirá no solo que el AT esté abierto a la experiencia del otro de manera auténtica, y que el paciente se pueda abrir y sacar afuera, poner en palabras su sufrimiento; sintiéndose acompañado.
El AT, debe permitir que el paciente se exprese con naturalidad, exteriorice todos sus sentimientos, pueda explorarlos y vivirlos en profundidad, tomándose el tiempo que le sea necesario para elaborar la pérdida. Se debe charlar con el paciente, respecto que el AT no es milagroso, ni capaz de borrar el dolor, muchas veces no habrá respuestas a determinadas preguntas.
Asistir a una persona en duelo supone admitir la propia vulnerabilidad y exponerse a despertar la propia ansiedad, los duelos no resueltos y favorecer la depresión y la tristeza. Es muy importante estar en eje con uno mismo antes de empezar este tipo de acompañamientos ya que resultan muy duros de seguir adelante si no se tienen muchos aspectos de la vida propia resueltos.
Si bien el AT puede volverse un experto con el tiempo, por haber acompañado a varios pacientes en duelo, para la persona que lo experimenta quizás sea algo nuevo, por ser la primera vez que pierde a "ese ser querido único e irrepetible", por la tanto también es una experiencia única e irrepetible para él. La personalización del acompañamiento a cada persona en duelo es una necesidad evidente, puesto que esta persona en particular es diferente a las demás.

En las conversaciones con los acompañados no se trata de hacer "formulaciones razonables", "ofrecer soluciones", exponer teorías o dar consejos sobre cómo ha de contemplar las cosas. En su lugar, se trata de articular las sensaciones que en el fondo le preocupan y que él no ve expresamente o no es capaz de manifestar mediante la palabra, y ofrecerle así la oportunidad de dar expresión a sus sentimientos con el objeto de que pueda integrarlos más fácilmente.
Fundamentalmente, existen algunos elementos particularmente deseables y algunas habilidades peculiares que son condiciones para el establecimiento de cualquier relación humana y profesional con una persona que ha perdido un ser querido, y son la autenticidad (real, natural, honesta y sincera), calidez (espontánea, acogedora y preocupada) y empatía.

AT en el proceso de Duelo (1). ¿Qué es el duelo?

 DEFINICIÓN:
 El duelo puede ser definido como el proceso por el que atraviesa una persona ante la muerte de un ser querido, aunque también se ha reconocido que puede ser experimentado ante cualquier pérdida, por ejemplo, la pérdida de un objeto físico o simbólico. Esta es una definición general, que permite incluir a algunos de los autores más relevantes que han trabajado en el tema (Freud, 1917; Lindemann, 1944; Bowlby, 1961; Rando, 1983; Parkes & Weiss, 1983; Niemeyer, 2000; Warden, 1983).

 El término duelo, se origina en dos raíces latinas, dolus (dolor) y duellum (desafío). Visto de esta forma el duelo es un proceso doloroso (que afecta tanto física como psíquicamente) en el que el doliente tiene que enfrentarse con su sentimiento de pérdida y atravesar una serie de fases para superación de dicho proceso, es por esta razón un desafío para la persona que lo afronta, pues debe recomponer su universo simbólico.

 MOTIVOS DE UN DUELO:
 Todos los seres humanos sufren distintas y múltiples pérdidas durante el transcurso de la vida, por lo que es inevitable atravesar un proceso de duelo, ellas pueden ser:

* Muerte de un ser querido
* Pérdida de un embarazo
* Pérdida del trabajo
* Siniestros (pérdida de la casa)
* Situaciones de abandono
* Divorcio o separación
* El diagnóstico de una enfermedad crónica, grave o invalidante
* La pérdida de algún miembro o capacidad física
* En la adolescencia, la pérdida del cuerpo de la niñez
* En la vejez, la pérdida del cuerpo de la juventud

 FASES DEL DUELO.
 Fase de evitación
La persona está agobiada por el impacto, se siente embotada, incrédula, desorientada, confundida, incapaz de comprender lo que pasó. Existe un deseo de evadir el terrible hecho de haber perdido al ser amado, una reacción de shock debido a que no es posible asimilar la realidad de la pérdida. También suele producirse una interrupción de los aspectos automáticos y cotidianos de la vida.
La mayoría de los autores incluye en la fase de evitación tanto el shock o embotamiento como la negación ante el reconocimiento inicial de lo sucedido. Después del shock se produciría el comienzo de un darse cuenta intelectual. Este hace aparecer la negación, que también es natural y, en este punto, terapéutica, al permitir ir absorbiendo la realidad lentamente, previniendo el verse superado. Parkes y Weiss (1983) agregan que el deudo desarrolla una explicación de la pérdida, identificando alguna causa inevitable de la muerte, lo que le permitiría bajar la vigilancia y ansiedad de enfrentar una nueva pérdida.

 Fase de Confrontación
 En esta fase se sienten las emociones más intensas, aunque la expresión de estas es variable. Según Bowlby (1980), se caracteriza por una motivación poderosa de recuperar el objeto perdido y por la presencia de rabia.
 Existe un estado de excitabilidad psicológica aumentada, que se manifiesta como irritabilidad, ansiedad, tensión y que formaría parte de la conducta de búsqueda. El doliente repasa obsesivamente todos los hechos de la vida del ser perdido, las circunstancias de su muerte, qué se pudo y no pudo haber hecho. Según Parker y Weiss (1983) esta es la característica más típica del duelo. Incluso se puede manifestar de manera física, a través de dolores y visiones. Se describe una sensación de sentir la presencia del ser querido y de sueños vívidos.
 Se fluctúa entre esta búsqueda y el desengaño repetido, la esperanza intermitente, la rabia y la culpa. Pero al mismo tiempo, en forma paralela a este proceso, habría una tristeza profunda, añoranza, congoja y accesos de llanto, como una forma de reconocer que la recuperación es imposible (Bowlby, 1980). Existen dos emociones habitualmente presentes en esta fase y que causan problemas por la respuesta social que gatillan (Rando, 1984). La rabia, emoción que siempre se espera como respuesta a la deprivación de algo deseado y que se considera la emoción más importante de esta etapa (Bowlby, 1980). Se puede dirigir a otras personas o cosas y es común que sea contra el difunto, lo que es complicado por ser mal visto por la sociedad. La otra emoción difícil de acoger por los demás como normal y esperable es la culpa. Puede haber culpa por estar vivo y que el amado no lo esté; por no haberlo protegido de la muerte; por sentir rabia o por sentir alivio, al verse
libre de una gran responsabilidad. Incluso el hecho de llorar puede generar culpa, si se percibe como una pérdida del control.
 Hay numerosos síntomas depresivos que se dan como parte del duelo, sin constituirse necesariamente en una depresión propiamente tal como: aledonia, retraimiento social, apatía, desesperanza, pérdida de concentración y de la capacidad para tomar decisiones, síntomas fisiológicos como problemas de sueño y alimentación, etc.

 Fase de establecimiento
 Solo si se tolera la emocionalidad de la etapa previa se puede llegar a aceptar que la pérdida es permanente y a moldear la vida con una nueva forma. Esta redefinición de sí mismo implica renunciar definitivamente a toda esperanza de recuperar a la persona perdida (Bowlby, 1980). Esta fase es una gradual declinación del duelo, marcando el inicio de la reinserción emocional y social al mundo cotidiano. El individuo empieza a examinar su nueva situación y a considerar las posibles maneras de enfrentarla.

miércoles, 28 de agosto de 2013

AT y PSICOSIS

 Etapa confusional es el momento antes de despertarse en el individuo una psicosis. Es un estado en donde ellos están desesperados, donde no entienden qué les sucede a ellos y al mundo, que ha cambiado tanto (aunque lo que cambia es el significado que ellos tienen de sí y del mundo), donde están sufriendo tanto que la angustia los desborda. Luego, vienen los síntomas psicóticos específicos de acuerdo a la enfermedad mental que se haya instalado. Pero ésta enfermedad es producto de algo, es producto de una incapacidad de poder interaccionar adecuadamente con el ambiente,con la realidad... Es una forma de protegerse (aunque una protección en aspectos negativos, por supuesto) de algo que le resulta intolerable, de una realidad con la que es muy difícil convivir. Estos síntomas resultan tan incontrolables e inentendibles, que el sujeto se agobia aún más. Ellos pueden ser por ejemplo las alucinaciones y los delirios.
 Todos percibimos a través de los sentidos, tenemos el sentido de la visión, del tacto, entre otros. Un sujeto percibe los objetos externos a través de sentidos internos. Lo que sucede en la alucinación es que el sujeto está percibiendo algo que no está alli, sus sentidos los engañan. Está teniendo una percepción interna de un objeto externo que no existe, que no es real. Sólo es real dentro de su internalización, de su imaginación, de su enfermedad.
 En el delirio, la realidad no se niega, sino que se distorsiona. Ciertos aspectos de la realidad resultan totalmente insufribles, y como repsuesta a ello, se recurre a mecanismos de defensa muy primitivos y negativos. El delirio es una respuesta frente a la imposibilidad de adaptarse a la realidad, es la distorsión de lo que se ve, acomodándolo así para que no perjudique tanto. Las ideas delirantes muchas veces pueden ser el centro de la vida del paciente, suelen instalarse e ir tranformando cada aspecto de ella (trabajo, familia, amigos..).

 En este sentido, el AT lo que debe ir haciendo es actuar desde lo consciente del paciente, desde lo vivencial. No debe realizar el trabajo que realiza el terapeuta, sino que tiene que hacer su propio trabajo. Debe tratar que el sujeto de a poco vaya volviendo a la realidad, que logre discernir entre lo que es externo y lo que es interno, que vaya teniendo herramientas para lidiar con una realidad angustiante. Que realice proyectos a corto plazo, que pueda acomodar razonamientos (dentro de lo posible) para no hacer juicios tan equívocos de la realidad. Debe establecer un vínculo de contención y aliento para que el tratamiento psicológico dé los mejores resultados posibles. Debe ayudar al paciente a desarrollar nuevos mecanismos de defensa no tan arcaicos, que le sirvan más en ese momento, mostrándole que frente a una circunstancia angustiante, se puede actuar de una forma distinta a cómo lo venía haciendo, teniendo incluso mejores resultados.

martes, 27 de agosto de 2013

¿Quiénes pueden solicitar un AT? ¿Qué áreas abarca?

El AT en un principio surgió con el concepto de "amigo calificado" para establecer vínculos terapéuticos con personas que sufrían de psicosis o de drogadicción. Era en su momento un complemento privilegiado para unos pocos por su alto costo.
 Hoy en día, esta situación ha cambiado, y la mayoría de las personas que así lo requieran, pueden acceder a un acompañamiento terapéutico, siendo éste indicado por:
  1. - el equipo tratante, 
  2. - por la familia, 
  3. - o por el paciente.

Las áreas que abarca el AT son amplias, ya que tiene herramientas teóricas y prácticas para ser útil en cada una de ellas en particular. Ellas son:
  • Pacientes psiquiátricos (Psicosis y Neurosis Graves)
  • Tercera Edad
  • Autismo y TGD
  • Adolescentes
  • Adicciones
  • Bulimia, Anorexia
  • Discapacidad
  • Enfermedades Terminales

¿Qué es un AT y qué funciones cumple?

¿Qué es un AT y qué funciones cumple?
 El Acompañante Terapéutico es un profesional de la salud que trabaja en la contención de un paciente psiquiátrico, discapacitado, o con otra afección que requiera un tratamiento o lo deje en un estado de desvalimiento.
 Es aquella persona que tiene la formación necesaria para establecer un vínculo con un sujeto en situación de vulnerabilidad, para, en conjunto con otros profesionales de la salud, poder sacarlo adelante. Es alguien que pone su cuerpo y su conocimiento, comprometiéndose profesionalmente para generar apoyo, soporte, contención emocional, esperanza, etc, en un otro que así lo necesita.
 La principal tarea que debe realizar un AT es la contención del sujeto y/o de su familia. Pero... ¿qué significa especificamente "contener"? Una persona con enfermedad mental u orgánica se halla en un estado de indefensión dentro de su subjetividad, dentro de su estructura psíquica que lo mantiene en pie. Es una persona proclive a sufrir una crisis. Justamente es en esa situación donde aparece el AT, en la contención de las emociones del paciente para evitar un "desborde" de emociones, que las circunstancias, su enfermedad, su incapacidad, lo sobrepasen; lo desborden.
 Es a través de un vínculo sano, seguro y confiable que el AT brinda esperanzas al paciente para volver a confiar en un otro, para utilizarlo como referencia en su tratamiento. El AT le presta su "YO" al sujeto, para que éste pueda desplegar las potencialidades de su YO propio, que se encuentra (según qué enfermedad o discapacidad) en un estado indefenso.